Todas las apuestas indican a cinco corredores como favoritos, pero la carretera es traicionera, ya el pasado año estropeó las aspiraciones de vestirse de amarillo de Contador y Froome en París, y también, aquella curva traicionera en la bajada camino de Borja (Zaragoza) acabó con La Vuelta de Quintana. El asfalto terminó con los sueños de algunos y abre las puertas para otros no tan elegidos por los apostantes.
(Artículo publicado en Cadena SER)